Buenas prácticas de programación

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Con el auge de Agile como el favorito de la industria, las metodologías tradicionales van quedando obsoletas. Ahora, las personas del universo IT lidian constantemente con frases como “mejora continua”, “excelencia técnica”, “retrospección y revisión”, “adaptabilidad”.

Una forma recomendada de acercarse a cumplir con estas formas de trabajar, es apelar a las buenas prácticas de programación. Pero, ¿en qué consisten? ¿Cómo aplicarlas?

La programación es una mezcla de arte y ciencia, y como tal, existen formas de hacer las cosas bien y otras de hacerlas mal. Las buenas prácticas no solo son importantes para que el código funcione, sino para que sea mantenible, escalable y entendible por otros desarrolladores. Escribir código limpio es como dejar señales claras en un laberinto: facilita el trabajo de quien venga después, incluso si eres tú mismo en el futuro.

La claridad del código es uno de los pilares fundamentales. El código debe ser comprensible como si fuera una historia bien escrita. Las variables deben tener nombres descriptivos, los comentarios deben explicar el porqué de las decisiones y no simplemente lo obvio. Evita escribir comentarios redundantes que solo repiten lo que el código ya dice por sí mismo. Por ejemplo, si tienes una función llamada calcularPromedio(), no es necesario que pongas un comentario que diga “Calcula el promedio”. Mejor explica en qué casos esa función podría fallar o cómo maneja ciertos bordes de los datos de entrada.

Otro punto crucial es la consistencia. No importa si decides usar espacios o tabulaciones, pero mantén una sola forma a lo largo del proyecto. La consistencia también se extiende al estilo de nombres de variables y funciones: si empiezas con camelCase, sigue con eso. Si prefieres snake_case, úsalo siempre. El cerebro humano se acostumbra rápidamente a los patrones y cualquier desviación genera una disonancia que dificulta la lectura y comprensión del código.

Optimización sin sacrificar legibilidad

La optimización es necesaria, pero no a costa de la legibilidad. Es tentador escribir una línea de código compleja que resuelva todo de golpe, pero si no puedes entender qué hace esa línea una semana después, probablemente fue una mala decisión. A veces, dividir el código en funciones más pequeñas y específicas ayuda no solo a mejorar la legibilidad, sino también a facilitar las pruebas. Las funciones deben hacer una sola cosa y hacerla bien. Esta es la esencia del principio SRP (Single Responsibility Principle), uno de los principios SOLID que todo buen programador debería conocer y aplicar.

Además, es fundamental evitar la duplicidad de código. Si encuentras fragmentos similares en varios lugares, es una señal de que necesitas refactorizar y encapsular esa lógica en una función separada. El famoso principio DRY (Don’t Repeat Yourself) no es solo una recomendación, es prácticamente una regla de oro en cualquier proyecto serio. La duplicidad es enemiga del mantenimiento y propaga errores con facilidad.

Pruebas y manejo de errores

Las pruebas son la red de seguridad de cualquier proyecto. Desarrollar sin pruebas es como caminar por una cuerda floja sin arnés. Las pruebas unitarias, de integración y funcionales deben formar parte del flujo de trabajo desde el inicio. Cada vez que añades una nueva funcionalidad, también debes escribir pruebas que validen su correcto funcionamiento. Esto no solo evita que futuros cambios rompan el sistema, sino que proporciona documentación viva sobre lo que hace cada parte del código.

El manejo de errores es otro aspecto que distingue a un programador novato de uno experimentado. El código debe anticiparse a los errores y responder adecuadamente. Los mensajes de error deben ser claros y proporcionar suficiente información para que el usuario o el desarrollador puedan entender qué ha fallado. Jamás dejes errores silenciosos que puedan generar comportamientos impredecibles. Implementa mecanismos de logging y asegúrate de capturar excepciones en puntos críticos.

Control de versiones y colaboración

El control de versiones es la columna vertebral de cualquier proyecto colaborativo. Git se ha convertido en el estándar de facto, y dominarlo es esencial. Un buen flujo de trabajo incluye ramas específicas para cada funcionalidad o corrección de errores, evitando trabajar directamente sobre la rama principal. Las revisiones de código (code reviews) deben ser parte del proceso antes de fusionar cualquier cambio. Esto no solo mejora la calidad general del código, sino que fomenta el aprendizaje compartido dentro del equipo.

La comunicación es clave en proyectos de software. Escribir código de calidad no es suficiente si no puedes explicar tus decisiones o documentar correctamente las APIs y funciones críticas. Usa herramientas como README claros, documentación automática y sistemas de tickets bien detallados para mantener a todos en la misma página.

Refactorización continua

El código nunca está terminado. La refactorización es una actividad continua que asegura que el proyecto no se convierta en una maraña incontrolable. Siempre hay una forma más eficiente, más elegante o más clara de escribir algo. La refactorización no es un lujo, es una necesidad. Cada vez que agregues una nueva funcionalidad, revisa las partes relacionadas y mejora lo que se pueda.

Un código limpio es como una casa bien organizada: cualquiera puede encontrar lo que necesita sin esfuerzo. Invierte tiempo en mejorar lo que ya tienes, no solo en construir cosas nuevas. Esto hará que el proyecto sea más robusto y duradero.

Mantente actualizado y sigue aprendiendo

El mundo de la programación evoluciona a una velocidad vertiginosa. Las buenas prácticas de hoy pueden quedar obsoletas mañana. Mantente al día con las últimas tendencias, participa en foros, sigue a desarrolladores experimentados y nunca dejes de aprender. Las certificaciones y cursos son útiles, pero la verdadera maestría viene con la experiencia y el autoaprendizaje constante.

El camino del programador es largo, pero dominar las buenas prácticas te permitirá avanzar con paso firme. La excelencia en la programación no es un destino, es un proceso continuo de mejora.

“Programar Bien” VS “Buenas Prácticas”

La programación es apasionante y maravillosa, pero también polémica. Desde las discusiones sobre cuál es el mejor lenguaje, hasta que, si no programas o sabes de “x” lenguaje, entonces no eres un auténtico programador, las polémicas carecen de sentido, pero son constantes.

Si hablamos a grandes rasgos, podemos decir que “programar bien” es básicamente resolver un problema con la solución adecuada, de acuerdo a las circunstancias. Si el programa creado, resuelve el problema, podemos deducir que hicimos “bien” el trabajo, que programamos bien. Ahora bien, ¿es esto sinónimo de “buenas prácticas”?

Buenas prácticas

Denominaremos “buenas prácticas” al conjunto global de prácticas, que tiene como objetivo crear software de calidad óptima, de fácil lectura para personas que no son su creador y que pueda ser reutilizable. El propósito de este artículo es ayudarte a conocerlas y que puedas aplicarlas cuanto antes, para aumentar tu nivel como profesional.

Entonces, hablemos de algunas de las más conocidas y usadas, que son prácticamente un estándar (o deberían serlo), de los profesionales hoy.

Nombra las cosas correctamente:

Imagina que revisas un código y te encuentras con algo como

SI (a > b) {

MUESTRA “la persona es adulta”

}

Probablemente tu cara sea un problema a lo ilógico de la declaración.

Pero si te encuentras con

SI (Edad_Niño > Edad_Adultez) {

MUESTRA “la persona es adulta”

}

Claramente entiendes las diferencias, las variables y sabes que realiza esa porción de código. Aunque pueda resultar extraño, ejemplos como el primero (donde variables, funciones, etc.) son nombradas por una letra o dos, son reales. Una mala práctica que genera malas lecturas y cosas inentendibles, ocasionando un código ilegible.

Recomendaciones

Meter todo en un solo archivo

Esto, es algo más propio de programadores novatos: en un solo archivo, incluirán, por ejemplo, HTML, CSS, Js y PHP. Recuerdas que crear diversos archivos distintos permite reutilizar el código y si tienes un problema, solo cambiarlo en el archivo independiente correspondiente, para que el cambio impacte en todos.

Crea código ordenado y legible

Escribir porciones de código en una sola línea, no diferenciar/separar palabras, no seguir un orden lógico de ejecución al escribir código, son solo algunas de las cosas que pueden entorpecer la lectura y favorecer la creación de código espagueti o código basura.

Adopta los estándares empresariales

La empresa te dará una serie de estándares que debes adoptar lo antes posible. Nombres de archivos, comentarios, patrones a usar y otros, forman parte de lo que deberías hacer. No temas preguntar a tu referente que se espera de ti y cómo hacerlo.

Utiliza los comentarios apropiados

Eso permitirá que otras personas puedan ayudarte si te quedas atascado, o si necesitas realizar mantenimiento en el futuro

Estas son solo algunas de las practicas beneficiosas, que harán de ti un mejor profesional. Y tu ¿Qué otras prácticas conoces? Espero tus comentarios en mis canales.

Ejemplos de buenas practicas en programación

Cuando hablamos de buenas prácticas en programación, los ejemplos concretos ayudan a visualizar cómo aplicar estos principios en el día a día. Los detalles importan, y pequeños ajustes en la forma de escribir código pueden marcar una gran diferencia en términos de mantenimiento, escalabilidad y legibilidad. Aquí van algunos ejemplos que reflejan lo que significa programar con calidad.

Nombres descriptivos y significativos

Imagina que estás escribiendo una función para calcular impuestos. Un mal ejemplo sería algo como:

def t(x, y):
return x * y * 0.16

Aquí el problema es claro: no sabes qué representan x o y. Si vuelves a este código en seis meses, perderás tiempo descifrando qué hace. En cambio, una buena práctica sería:

def calcular_impuesto(monto, tasa):
return monto * tasa

El código se explica por sí solo. Usar nombres descriptivos no solo hace que el código sea más fácil de entender, sino que reduce la necesidad de comentarios adicionales.

Funciones pequeñas y específicas

Las funciones deben hacer una sola cosa y hacerla bien. Evita crear funciones monstruosas que manejan múltiples tareas a la vez. Por ejemplo:

def procesar_pedido(pedido):
total = 0
for item in pedido:
total += item['precio'] * item['cantidad']
guardar_en_base_de_datos(pedido)
enviar_email_confirmacion(pedido)
return total

Este código viola el principio de responsabilidad única. Es mejor dividirlo:

def calcular_total(pedido):
return sum(item['precio'] * item['cantidad'] for item in pedido)

def guardar_pedido(pedido):
guardar_en_base_de_datos(pedido)

def enviar_confirmacion(pedido):
enviar_email_confirmacion(pedido)

Ahora cada función hace solo una cosa, lo que facilita pruebas y modificaciones futuras.

Evitar “código mágico”

El “código mágico” se refiere a valores o condiciones que aparecen de la nada, haciendo que el código sea confuso.

if x == 4:
aplicar_descuento()

Aquí, el 4 es un valor arbitrario sin contexto. Mejor define constantes descriptivas:

DESCUENTO_MINIMO = 4

if x == DESCUENTO_MINIMO:
aplicar_descuento()

El código ahora es más claro y fácil de modificar si cambian las reglas del negocio.

Uso adecuado de comentarios

Los comentarios deben explicar el por qué del código, no el qué. Evita cosas como:

# Suma el precio de cada item
total = sum(item['precio'] for item in pedido)

Este comentario no aporta valor porque el código ya lo dice. En cambio, es más útil explicar decisiones o advertencias:

# Se suma el precio, pero los descuentos se aplican por separado
total = sum(item['precio'] for item in pedido)

Los buenos comentarios previenen errores y ayudan a otros desarrolladores a entender el contexto.

Evitar duplicidad de código (DRY)

El principio DRY (“Don’t Repeat Yourself”) es clave. Si copias el mismo fragmento de código en varios lugares, cada cambio será un dolor de cabeza. Por ejemplo:

precio_final = precio_base * 1.16
precio_descuento = precio_base * 0.90 * 1.16

Aquí la lógica del IVA (1.16) se repite. Refactoriza para evitar esto:

IVA = 1.16

def aplicar_iva(monto):
return monto * IVA

precio_final = aplicar_iva(precio_base)
precio_descuento = aplicar_iva(precio_base * 0.90)

Ahora cualquier cambio en el IVA se hace en un solo lugar.

Manejo de excepciones correctamente

Un error común es no manejar excepciones o hacerlo de forma genérica.

try:
resultado = division(a, b)
except:
print("Error")

El problema con este enfoque es que captura cualquier error, incluso los que no están relacionados con la división. Es mejor ser específico:

try:
resultado = division(a, b)
except ZeroDivisionError:
print("Error: No se puede dividir por cero")

Esto proporciona un feedback claro sobre lo que salió mal.

Validación de datos de entrada

Nunca confíes en los datos que recibe tu programa. Un buen ejemplo es validar entradas antes de procesarlas:

def procesar_pago(monto):
if monto <= 0:
raise ValueError("El monto debe ser mayor a cero")
# lógica de pago

Esto evita errores lógicos y posibles vulnerabilidades.

Refactorización continua

No esperes a que el código se vuelva inmanejable. Refactoriza regularmente. Si ves que una función crece demasiado o empieza a ser difícil de entender, es momento de dividirla. La refactorización mejora el rendimiento del equipo a largo plazo.

Con estos ejemplos en mente, es más fácil construir código robusto, legible y fácil de mantener. Las buenas prácticas no son solo reglas arbitrarias; son herramientas que hacen que el desarrollo sea más eficiente y el software más confiable.

Más allá de la programación

Trabajar con Agile no se trata solo de seguir un conjunto de ceremonias y marcos, sino de adoptar una mentalidad que promueva la colaboración, la adaptabilidad y la entrega continua de valor. Las buenas prácticas en Agile garantizan que el equipo no solo cumpla con las expectativas, sino que también evolucione y mejore constantemente. El objetivo final es responder al cambio rápidamente, sin sacrificar calidad o perder de vista las necesidades del cliente.

Comunicación constante y transparente

En Agile, la comunicación es el eje central. Las reuniones diarias (daily stand-ups) no son solo un ritual, sino una herramienta clave para mantener sincronizado al equipo. Durante estas reuniones, es importante que cada miembro comparta lo que está haciendo, los obstáculos que enfrenta y qué planea hacer a continuación. Sin embargo, para que realmente aporten valor, deben ser breves y enfocadas. Si las stand-ups se extienden o derivan en debates técnicos, es una señal de que algo está fallando.

La transparencia va más allá de las reuniones. Todo el equipo debe tener visibilidad sobre el progreso del sprint, los bloqueos y las prioridades. Tableros de herramientas como Jira o Trello deben mantenerse actualizados. Un tablero que refleja fielmente el estado del trabajo permite tomar decisiones rápidas y ajustar el rumbo si es necesario.

Priorización basada en valor

No todo el trabajo tiene el mismo impacto. Una buena práctica en Agile es priorizar las tareas según el valor que aportan al cliente. El Product Owner juega un rol fundamental aquí, pero el equipo también debe involucrarse activamente. Si algo no añade valor o no resuelve un problema inmediato, probablemente deba ser pospuesto.

El uso de técnicas como MoSCoW (Must have, Should have, Could have, Won’t have) o la planificación basada en valor de negocio ayuda a tomar decisiones más informadas. El backlog debe ser tratado como un ente vivo, ajustándose constantemente a medida que cambian las necesidades del cliente o surgen nuevas oportunidades.

Iteraciones cortas y entregables funcionales

Uno de los pilares de Agile es la entrega continua de software funcional. Los sprints cortos, de una a cuatro semanas, permiten entregar incrementos que pueden ser probados y utilizados. La clave aquí es que cada incremento debe estar en un estado “listo para producción”. Evita acumular trabajo que no llega a ser entregable.

Si al final del sprint hay tareas que no están terminadas, no deben arrastrarse al próximo sin una evaluación crítica. Quizá fue un problema de estimación o surgieron imprevistos. Lo importante es aprender de esto y ajustar la planificación futura.

Retrospectivas efectivas

Las retrospectivas no deben convertirse en sesiones de quejas sin rumbo. Deben ser espacios de mejora continua, donde el equipo identifica qué funcionó, qué no y qué acciones tomarán en el próximo sprint.

Una buena práctica es centrarse en acciones concretas. Si en la retrospectiva se menciona que las pruebas automáticas tardan demasiado, la acción no debería quedarse en “mejorar el proceso de pruebas”. Debe ser algo específico y asignado, como “Reducir el tiempo de ejecución de las pruebas de integración en un 20% durante el próximo sprint”.

Feedback temprano y frecuente

Agile promueve la obtención de feedback constante, tanto del cliente como de los usuarios finales. Esperar a que el producto esté completo para recibir comentarios puede ser catastrófico. Las demostraciones de sprint (sprint reviews) permiten al equipo mostrar avances y obtener retroalimentación directamente de los stakeholders.

Este proceso evita malentendidos y asegura que el producto evoluciona en la dirección correcta. Además, el feedback temprano permite corregir errores de concepto antes de que se conviertan en problemas costosos.

Colaboración con el cliente

Agile rompe con la idea de que el cliente entrega requisitos y desaparece hasta el final del proyecto. La colaboración activa y continua es clave para asegurar que el producto se alinee con las expectativas del cliente.

El Product Owner debe estar en constante comunicación con los stakeholders, traduciendo sus necesidades al backlog y priorizando lo que realmente importa. Sin embargo, es fundamental evitar que el cliente caiga en micromanagement. El equipo necesita autonomía para decidir cómo implementar las soluciones.

Adaptabilidad y flexibilidad

El cambio no es un enemigo en Agile, es parte del proceso. Si un cliente solicita modificaciones, el equipo debe estar preparado para ajustar el plan sin resistencia. Los sprints están diseñados para ser períodos cortos donde se entrega valor, pero al final de cada iteración, es posible revaluar prioridades y cambiar de rumbo si es necesario.

La clave está en mantener un equilibrio. No significa aceptar cambios constantes que desmoronen cualquier planificación, sino encontrar una vía que permita adaptarse sin perder productividad.

Automatización y CI/CD

La integración continua y la entrega continua (CI/CD) son aliados naturales de Agile. Automatizar las pruebas y los despliegues permite que el equipo entregue software con rapidez y confianza.

Un pipeline de CI/CD bien implementado significa que cada vez que un desarrollador hace un commit, las pruebas se ejecutan automáticamente y el código puede ser desplegado en entornos de staging o producción. Esto reduce la fricción y permite entregas más frecuentes, alineadas con el enfoque iterativo de Agile.

Equipos autoorganizados y multidisciplinarios

En Agile, los equipos no dependen de un líder que dicte cada paso. La autoorganización permite que cada miembro tome decisiones y asuma responsabilidad sobre su trabajo. Esto fomenta la creatividad, la autonomía y el sentido de pertenencia.

Además, los equipos deben ser multidisciplinarios, integrando desarrolladores, testers, diseñadores y cualquier otro rol necesario para completar el trabajo. La diversidad de habilidades acelera el proceso y evita cuellos de botella.

Las buenas prácticas en Agile no se limitan a seguir un manual. Se trata de construir una cultura donde el equipo esté siempre en busca de mejorar, aprendiendo de sus errores y evolucionando con cada iteración. Es una forma de trabajo que, cuando se adopta bien, transforma no solo el software que se desarrolla, sino también la forma en que se construyen relaciones y se entrega valor real al cliente.

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